
El problema de comparar la capacidad de compra de unas monedas con otras, viene dado por la ausencia de un producto estándar cuyo valor en el mercado fuera igual en todos los países. Sin embargo, esto no es obstáculo para que la imaginación de ciertos economistas haya encontrado una solución, que si no perfecta, al menos ilumina con números lo que de otra forma se queda en intuición.
Ese producto estándar elegido es la hambuguesa BIG-MAC. Su comparación de precio entre unos países y otros nos permite saber unas cuantas cosas: en principio si todas las monedas tuvieran la misma capacidad de compra, el precio de la hamburguesa de marras debiera costar lo mismo haciendo la conversión a dólares, sin embargo, obviamente esto no es así. Aunque el índice BIG-M ha recibido críticas por saltarse ciertos factores distorsionadores, en lo esencial da en el clavo.

Bueno y ¿ qué pasa cuando usamos este patrón para medir la capacidad de compra de cada país?. Pues aparecen cosas sorprendentes, como por ejemplo que el dólar se encuentra devaluado con respecto al euro y un usano viene a comprar con el mismo dinero un 30% menos que un alemán. Por contra Alemania fábrica más barato con un euro a su medida. Ahora bien, lo que rompe el esquema es la comparación con España, que indica como el euro nos ha destrozado vivos: si bien el sueldo medio de un español viene a ser la mitad que el de un germano, la capacidad de compra con la misma moneda es inferior en España. Una clara muestra de como una moneda fuerte está matando a una economía como la española que pide a gritos una devaluación para mejorar su balanza comercial, pinchar la burbuja y ponerse a crear empleo. En su lugar, y a falta de liderazgo político, nos mantienen en el euro de la única forma posible: aumentando la deuda , contrayendo los salarios y manteniendo una demencial burbuja inmobiliaria que no se acaba de pinchar.
En esencia todos los países occidentales (por no hablar sino de algunos países de este humano mundo) nos dedicamos básicamente a lo mismo:
obtener materias primas, manufacturar y/o fabricar y comerciar con estos productos.
Si bien la cultura de cada país o región puede marcar diferencias en la forma de hacer las cosas no cabe duda que en el fondo el modus operandi general económico es el mismo. Así que ¿qué sentido tiene que el estándar de intercambio económico (la moneda) pueda manipularse de un sitio a otro? Lo ideal sería que al menos EEUU y Europa mantuvieran una cierta paridad en el cambio de sus monedas pues eso ayudaría a ambos a competir en igualdad de condiciones (y si una región es más eficiente que otra no corregirlo con devaluaciones que no atacan realmente el problema, sólo lo perpetúan).
Todo esto que comento es una opinión personal que estaría dispuesto a cambiar si me presentan las pruebas adecuadas para ello. Lo que sí que no cambiaré será mi percepción de que no podemos dejar la política monetaria en manos de la actual casta hipanistana. Me fío más de Merkel (por mucho que vele por los intereses alemanes) que de Rajoy por mucho que sea el primo de Zumosol.